Para qué sirve un electroestimulador muscular?

Un electroestimulador muscular tiene más de un uso beneficiosos para la salud. En este artículo te explicamos para qué sirve un electroestimulador muscular.

Un aviso antes de nada: se cree que dichos aparatos sirven para quemar grasa o tonificar los músculos sin esfuerzo alguno. Eso está más que desmentido.

Pero en mi opinión sus usos reales son mucho más útiles que el poder tener una tableta de abdominales sin moverte el sofá.

Para qué sirven los electroestimuladores musculares

1. Rendimiento físico

Atletas de todo el mundo se han aprovechado de la estimulación eléctrica muscular para crear músculo, aumentar su fuerza y acelerar su recuperación.

Por lo que he podido leer, todo ello ha surgido desde que los rusos empezasen a incorporar este tipo de estimulación como parte de su entrenamiento para los Juegos Olímpicos de la década de 1950.

El EMS puede activar todas las fibras musculares de un grupo muscular al mismo tiempo, lo que resulta en contracciones significativamente más fuertes de lo que normalmente se puede lograr de forma voluntaria.

No vas a conseguir un six-pack o unos brazos tonificados sin moverte del sofá. Pero si juntas ejercicio con estos aparatos, tendrás una ayuda extra muy útil.

 

2. Alivio del dolor muscular

Cuando sientes dolor no es más que tu cuerpo enviando mensajes a través del sistema nervioso hasta tu cerebro.

En el caso del dolor muscular, como puede ser por ejemplo una contractura, la estimulación eléctrica aplicada de forma debida puede bloquear de forma efectiva esas señales para que nunca lleguen hasta tu cerebro. O lo que es lo mismo, dejarás de sentir dolor.

También hay otra teoría sobre por qué la electroestimulación funciona para bloquear el dolor. Esta dice que el estímulo creado consigue que el cerebro libere los analgésicos naturales del cuerpo (endorfinas y encefalinas) lo que consigue un alivio del dolor.

Cuando alguien nos pregunta para qué sirve un electroestimulador muscular, esta es la respuesta que más nos gusta dar.

 

3. Rehabilitación

Uno de los usos del electroestimulador muscular más comunes es durante la fisioterapia. Especialmente después de una lesión o cirugía en una articulación como la rodilla.

La atrofia muscular y la activación deficiente son grandes problemas después de la cirugía de rodilla, por lo que los fisioterapeutas suelen utilizar un aparato de estimulación eléctrica para provocar contracciones isométricas del cuádriceps en un esfuerzo por combatir la atrofia y ayudar con las contracciones voluntarias.

La estimulación eléctrica también mejora el flujo sanguíneo, lo que acelera el proceso de curación.

 

Falsos usos de los electroestimuladores

– Pérdida de peso

Diferentes organismos de varios países han desmentido que estos aparatos consigan ayudarte a perder peso. La electroestimulación muscular no hace que tu cuerpo empiece a quemar grasa. Técnicamente sí que es cierto que su uso termina por quemar calorías, pero es una cantidad tan pequeña que no se llega a apreciar.

 

Riesgos

– Desgarro muscular

Si utilizas el aparato de estimulación eléctrica a una intensidad demasiado alta, puede que sientas dolor muscular. Si esto pasa, se puede producir un desgarro del tejido muscular. En este caso debes de detener inmediatamente el tratamiento y empezar el tratamiento adecuado para una lesión muscular aguda. Esto puede incluir descanso, hielo y elevación.

– Irritación de la piel

Algunas formas de estimulación eléctrica pueden causar irritación en la zona de la piel que se encuentra bajo el electrodo.

La iontoforesis utiliza una corriente continua durante la aplicación, y se sabe que esto es irritante para la piel. Si se produce irritación, deja el tratamiento y aplica loción sobre el área afectada.

 

Hasta aquí nuestro artículo «para qué sirven los electroestimuladores musculares».

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Aviso final: Los beneficios de la electroestimulación no generan los mismos beneficios a todas las personas. Algunas serán más propicias de beneficiarse de dichos beneficios mientras que otras no tanto. También es aconsejable consultar con un especialista antes de empezar con una terapia de este tipo por tu propia cuenta cuando no estás seguro de lo que haces.