Los colores influyen en nuestra mente.
¿Sabías que la psicología del color se ha convertido en un campo de estudio básico actualmente?
Si bien es cierto que la ciencia y la psicología hace mucho tiempo que se fijaron en este asunto, ha sido en los últimos años cuando se ha sido realmente consciente de que nuestra percepción del color influye en nuestras emociones y estado de ánimo de forma muy palpable.
Parece lógico pensar que, a la hora de pintar tu casa, sea necesario tener en cuenta este detalle, ¿verdad?
Breve introducción a los estudios históricos del color
Si bien es cierto que encontramos muestras del conocimiento de la incidencia del color en el ser humano desde tiempos inmemoriales, no ha sido hasta los últimos dos o tres siglos cuando han aparecido estudios más rigurosos.
Ya en simbologías y pinturas de los mayas o la antigua China encontramos cómo se expresaban y sintetizaban sus respectivas civilizaciones según las diversas tonalidades.
También en la antigua Grecia, donde filósofos y pensadores de la talla de Aristótelesya relacionaban los colores con los elementos de la Tierra.
Posteriormente, otros científicos, como Sir Roger Bacon en el siglo XIII, o Cennino Cennini cien años después comenzaron a elaborar tratados sobre la luz y el color.
E incluso Isaac Newton planteó ciertos fundamentos sobre su teoría lumínica. No obstante, quien más profundizó con su teoría del color en estos asuntos fue el alemán Johann Wolfgang von Goethe, a comienzos del siglo XIX, con una visión muy inversa y mucho más subjetiva a la de Newton.
Sin embargo, la psicología del color como tal es relativamente reciente. En los últimos años, científicos, psicólogos y sociólogos de la talla de Eva Heller han adaptado los avances de Gothe para demostrar cómo nos afectan los colores en diversos sentidos.
La psicología del color
En la actualidad, se conoce como psicología del color a un campo de estudio que define cómo nos comportamos según percibamos los diversos tonos que nos rodean.
No obstante, este no es un campo de estudio sencillo, ya que la percepción del color puede variar según las interpretación y significados que se le atribuyen dependiendo de diversas culturas.
No obstante, si nos atenemos a la sociedad occidental, donde nos movemos millones de personas, hay estudios bastante claros respecto a lo que percibimos según el color que tengamos enfrente, y que incluso nos ha llevado a instaurar terapias como la cromoterapia o la arteterapia.
Psicología escondida detrás de cada color
- Blanco: color puro, de la inocencia y el optimismo. Es limpio y simple.
- Rojo: color fuerte, que muestra pasión y determinación. También lo interpretamos como el deseo, el amor, el valor algo impulsivo y la potencia.
- Naranja: un tono cálido, que muestra creatividad, éxito, entusiasmo y ánimo.
- Amarillo: un color que simboliza energía, felicidad, espontaneidad y diversión. También aporta alegría e innovación.
- Verde: el color de la naturaleza que aporta esperanza, equilibrio, estabilidad y crecimiento personal. No obstante, también se asocia a los celos.
- Azul: el tono de la libertad, de la armonía, el progreso y la verdad. Se interpreta como seriedad, lealtad y fidelidad.
- Púrpura: un tono místico, sereno, con toques románticos y sensuales. También se interpreta como ecléctico y elegante.
- Rosa: es el color de la dulzura y la delicadeza. Añade sentimientos de gratitud y amistad, y un toque de exquisitez.
- Gris: el gris es el color de la paz, pero también de los tenaces.
- Negro: es un color sobrio, que simboliza silencio y misterio, pero también poder y formalidad.
Cómo pintar tu casa según la psicología del color
Una vez que nos hemos introducido con cierta profundidad en la psicología del color, ¿podemos aprovechar estos conocimientos para pintar la casa y obtener beneficio de ello? Evidentemente sí, y lo vamos a ver a continuación estancia por estancia.
De qué color pintar el salón principal o sala de estar
Para pintar el salón principal o la sala de estar, es aconsejable optar por colores cálidos, más bien claros o pasteles muy suaves. En este sentido, se recomienda utilizar los derivados del amarillo y el blanco, ya que aportan calor de hogar, gran luz y amplitud al espacio siel lugar es de dimensiones reducidas, y tranquilidad y relajación.
¿Hay algo mejor que llegar a casa de un largo día de trabajo y sentirse bien recibido por la calidez de la estancia principal? Por eso estos tonos moderados influyen en nuestra psique, aportando relajación, bienestar y acogimiento. De hecho, incluso se recomiendan como estimulante y relajante para personas con problemas psicológicos como la depresión.
De qué color pintar mi cuarto
A la hora de pintar un dormitorio, tenemos que hacer una aclaración previa. Como es evidente, no es lo mismo el color de una habitación de matrimonio que la de un niño o un joven. ¡Veamos!
Dormitorio de pareja
En el caso de una pareja, el dormitorio principal merece recibir tonos derivados del naranja. Se recomiendan que sean más bien claros, estilo salmón, para generar bienestar y unidad, así como vinculación íntima.
No obstante, también puede ser buena idea optar por el rosa o el púrpura, siempre suave, como símbolo del amor, la fraternidad, el amor y el romance. Además, también resultan relajantes y sensuales. Y, al fin y al cabo, nada como relajarse en el dormitorio, ¿no?
Dormitorio infantil
En el caso de los niños, siempre más nerviosos, no se recomiendan colores excesivamente vivos, pues les aportarán demasiada tensión. Pero tampoco demasiado relajantes, ya que los pequeños tienen que ser siempre estimulados para ir descubriendo su mundo.
En este caso, el color ideal suele ser el azul. Es perfecto para que encuentren un ambiente natural, tan estimulante como reflexivo.
No obstante, el verde, también natural, pero a la vez capaz de favorecer la creatividad, puede ser una buena elección.
Dormitorio para jóvenes
En caso de los chicos jóvenes y adolescentes, los tonos más recomendables son los azules, pero también los púrpuras y morados. Por un lado, son calmantes, y a su vez reflexivos y espirituales, ideales para generar tranquilidad, creatividad, y para aplacar esa intensidad tan típica de la juventud y la adolescencia.
Baños
Vamos ahora con otra parte básica de la casa, los baños. Por lo general, se recomiendan tonos blancos o azules.
Si nos decantamos por el blanco, es símbolo de pureza y limpieza, tan importantes en el lugar donde lavamos nuestro cuerpo.
Si optamos por el azul, algo menos frío que el blanco, aportamos también limpieza, pero también resulta un tono muy armónico.
Estudios y despachos
Curiosamente, al igual que sucede con los baños, el blanco y el azul son colores muy aconsejables para un estudio o despacho. Y es que, además de aportar limpieza y pureza, también son signo de orden, y de estímulo intelectual. Ideales para un lugar de trabajo en casa.
Otras zonas del hogar
Por otro lado, en una casa hay otros muchos rincones que también merecen su pequeño reconocimiento. ¿Qué pasa con los elementos decorativos, pasillos, recibidores, escaleras, etc.?
En general, y siguiendo la psicología del color, se aconsejan tonos neutros y claros. Hay que recordar que los pasteles, por ejemplo, son muestra de acogimiento y bienvenida, lo que es ideal para un recibidor o hall. No tiene precio llegar a casa y sentir el calor de hogar de sentir el espacio de reposo y relajación que toda vivienda ha de aportar.
¿Qué pasa con los demás colores?
Hemos visto que hasta ahora nos hemos centrado en ciertos colores, y todos ellos tendentes hacia la claridad, para aportar luz y relajación en el hogar. Pero, ¿y si queremos arriesgarnos con otros tonos? Veamos qué pueden provocar.
Rojo
El rojo es un tono muy poderoso que se asocia a la excitación. No se suele aconsejar porque podría provocar intranquilidad y estrés. No obstante, si lo rebajamos a sus versiones más claras, casi acercándose al rosa, podría aprovecharse como color del amor en un cuarto de matrimonio, por ejemplo.
Marrón
Un tono que no siempre se tiene en cuenta. Si el tono es templado, se puede combinar con verdes, y aporta toques de naturaleza. No obstante, aunque tal vez no sea tan conveniente para la pintura, sí que aportará mucho contraste en puertas y mobiliario.
Negro
El negro es un color demasiado poderoso para una casa, y suele asociarse a la energía negativa, a la depresión y a la tristeza. No obstante, hay personas que lo sienten como un tono muy elegante.
Gris
Si degradamos el negro, acabamos con los tonos grises. Cuanto más se acerquen a la claridad, más limpieza y pureza aportarán. Por el contrario, si se acerca a la oscuridad, puede ser signo de negatividad, pesimismo y malas vibraciones. Aunque también hay quien considera que simboliza sobriedad, elegancia y formalidad.
Ya ves la enorme importancia que la psicología del color tiene a la hora de pintar tu casa. Los tonos que elijas, no solo te definen como persona, también te aportarán vitalidad, tranquilidad, relax y bienestar.
Sea como fuere, es aconsejable elegir con sabiduría, ya que de ello dependerá en buena medida la comodidad de la vivienda, el estado psicológico de quienes la habitan y el maravilloso calor de hogar que os puede aportar.
Quieres seguir leyendo sobre el tema?
En este artículo de la Wikipedia encontrarás más información respecto al tema. Mucho más centrado en la historia y en la parte científica detrás de la psicología del color.
También te dejo un vídeo en donde resume en cierto modo lo que nos hace sentir cada color. Es una forma más visual de ver lo anteriormente explicado.
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